ANETO POR EL CORREDOR ESTASEN

Hemos conseguido realizar una de las clásicas alpinas más bellas de Pirineos, y a la vez de dificultad más moderada, una vía imprescidible , de esas que hay que hacer una vez en la vida: el Aneto por el Corredor Estasén.

Las fuertes nevadas y el elevado riesgo de aludes de la anterior semana se habían purgado ya, y aunque el paquetón de nieve aun era considerable, estaba bien consolidado.

Lo mejor fue encontrarse el corredor limpio, sin huella. La sensación de estar abriendo huella en este magnífico couloir, tan deseado y tan visitado, es aun más excitante, a pesar de ser mucho más trabajosa.

Tramos de nieve a ratos muy dura, en la que apenas se clavaban las puntas delanteras de los crampones y los regatones de nuestros piolets, se alternaban con otros tramos más blandos, pero lo sufucientemente compactos como para soportar el peso de un alpinista.

Tras alcanzar la salida del corredor, sin cornisas (un rastro en la base evidenciaba un alud de cornisa reciente, de unos 2 o 3 días) sólo un mixto de roca (II) y nieve primero, y una fina y descompuesta arista nevada después, muy, muy aerea, nos separaba de la cima del Aneto.

En la cima, decenas de montañeros y esquiadores atestaban el poco espacio que dejan los multiples artefactos. En el paso de Mahoma, un autentico atasco: montañeros con poca experiencia se enfrentaban al temible aunque sencillo paso, ahora helado, lo que a ojos de un neófito causa un tremendo pavor, dada la envergadura de los abismos que se abren a ambos lados.

Un pequeño destrepe en el Collado de Coronas, y un descenso pesado en nieves cada vez más inconsistentes a medida que descendiamos, nos separaban de nuestro campo base, a 2.250 m, junto al Ibonet de Coronas.

Noches despejadas a -5ºC, viento frío, algunas nubes... nada contra lo que un buen trago de mi manchego favorito no pueda!